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:·:·:·:·:·:·:·:·: :·:·:·¿Cuál de todas tus personalidades prevalece cuando estás en soledad?:·:·:·:·:·: :·:·:·:·:·:·:·:·:
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8.20.2009

Gramática para escritores, redactores, editores y curiosos

¡Muy pronto!

Porque me gusta. Me gusta la magia del lenguaje y me encantaría lograr que todos se apasionen como yo.

Algunas citas para ir pensando:

Si te preguntaran qué es lo que definitivamente distingue al hombre de cualquier otra criatura del planeta, ¿qué rasgo elegirías? ¿El amor? ¿El arte y la música? ¿La tecnología? Tal vez. Pero la mayoría de quienes consideraron esta pregunta detenidamente llegaron a una sola respuesta: el lenguaje. (R.L.Trask, Language, the basics)


—La cuestión —insistió Alicia— es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.
—La cuestión —zanjó Humpty Dumpty— es saber quién es el que manda..., eso es todo.
Alicia se quedó demasiado desconcertada con todo esto para decir nada; de forma que tras un minuto Humpty Dumpty empezó a hablar de nuevo:
—Algunas palabras tienen su genio... particularmente los verbos..., son los más creídos..., con los adjetivos se puede hacer lo que se quiera, pero no con los verbos..., sin embargo, ¡yo me las arreglo para tenérselas tiesas a todos ellos! ¡Impenetrabilidad! Eso es lo que yo siempre digo.
(Lewis Carroll, Through the Looking-Glass)

Alicia seguramente había aprendido algo de gramática en la escuela. Seguramente, también, estudiar gramática la aburría. En tiempos recientes, a la mayoría de los alumnos se les ahorró el aburrimiento porque se quitó la enseñanza de gramática de los programas y, a diferencia de Alicia, ellos nunca sabrán la diferencia entre un adjetivo y un verbo.
Esto suena terrible. Pocas áreas de nuestra experiencia están tan cerca nuestro o continuamente con nosotros como nuestro lenguaje. Pasamos la mayor parte de nuestra vida hablando, escuchando, leyendo y escribiendo. Lo central del lenguaje (su ‘mecánica’ o su ‘cálculo’, o cualquier otra metáfora que le vaya) es su gramática… (Frank Palmer, Grammar)

8.19.2009

El subte B según...


Mi amiga Caro que se pregunta por qué los hombres tienen que viajar con las piernas abiertas, ocupando de este modo dos lugares en vez de uno.

8.13.2009

Arte

No se puede vivir siendo conscientes todo el tiempo de que nos vamos a morir y que por eso estamos todo el tiempo tratando de darle un significado a nuestra vida. Pero tampoco se puede vivir negando nuestra finitud y por tanto pensar que el significado de nuestra vida está en el pasado (el pasado es el lugar más lejano a nuestra muerte, que está en el futuro).

Tiene que haber un punto medio.

Mi punto medio es el arte.

El arte en sí mismo: la literatura, la actuación, el humor.

Pero también, el arte de atender en forma multidisciplinaria todas las facetas de mi ser.

Soy mujer. Soy hija. Soy hermana. Soy madre. Soy laburante. Soy escritora. Soy lectora. Soy actriz. Soy profesora. Soy amiga. Soy socia. Soy compañera. Soy amante.

Cuantos más compartimentos de mi personalidad están funcionando bien, más feliz soy. Y cuando encuentro una manera de integrarlos, haciendo que el crecimiento en uno nutra el crecimiento en otro de mis aspectos, me siento eufórica, como en el filo de un descubrimiento excepcional, una iluminación, un secreto del universo.

8.09.2009

¿Me podés escuchar un segundo?

Versión diálogo (en el taller con Luis Gruss, 2002):

-Ma, mamá, ¿me oís?
-Sí. Pará, mirá. Secuestraron a una nena de tres años. ¡Criaturita!
-¿Te sirvo más vino?
-Sí, gracias; parece que era mentira. Que fue autosecuestro. No me sirvas tanto, Roxi, que después se me sube a la cabeza.
-¿Autosecuestro? ¿Una nena de tres años?
-Bueno, será el padre. Dicen. O el padrastro, qué sé yo.
-Ma, me podés escuchar un segundo.
-Sí, te estoy escuchando.
-¿Podés dejar de mirar la tele y atenderme un momento entonces?
-¿Qué pasa?
-Quería decirte que...
-¡Ah! No sabés. Dejáme contarte esto primero. Rapidito, que si no me olvido.
-Bueno, dale.
-El otro día vi a Juan Ignacio por la tele.
-Sí, sabía que lo habían llamado de Polka.
-¿Cómo te enteraste?
-Me lo dijo él.
-¿Y?
-¿Y qué?
-¿Se arreglaron?
-No, mamá.
-Servite un poco más de pollo así no lo tiro. Ese chico te convenía.
-Yo ya soy grande, ma, y sé lo que me conviene.
-Bueno, Roxi. Yo decía. Servíte estas papas. Mirá, el diputado trucho, parece que era tan trucho que era ilegal, tenía un DNI falsificado.
-Mamá, ¿podemos apagar la tele?
-Apagala, el control está ahí al lado del sacacorchos. ¿Qué me querías decir?
-¿Hay más vino?
-Ya te traigo.
-Quería decirte que ayer me llamó papá y...
-Acá tenés. ¿Querés soda?
-No, gracias.
-¿Qué estabas diciendo?
-Que me llamó..
-Ya sé, ya sé. Te llamó tu hermana. Yo le dije, llamála a Roxi, no seas como tu padre que hace diez años que no da señales de vida. Ni fue capaz de levantar un tubo.
-Sí, me llamó mi hermana.
-Viste cómo sé. ¿Me servís más?
-Yo como el postre y me voy.
-¿No te querés quedar? En cinco minutos te preparo la cama. Hace frío.
-No, gracias mami, mañana me levanto temprano.


Versión original (en el taller con Pedro Mairal, 1997):

Sobre la mesa de la cocina quedan los restos de lo que fue la cena: Migas de pan. Platos engrasados con los huesos de pollo y el aceite de las papas fritas. La botella de vino (un buen vino tinto) casi vacía. Los vasos de vidrio transparente teñidos de bordó con lo último que queda servido. Algunas salpicaduras sobre el mantel blanco. El televisor está prendido en algún programa de concursos. Hay dos mujeres sentadas. La más joven juega con el papel de aluminio que le quitaron al cuello de la botella para descorcharla, algún pedacito de corcho, y el sacacorchos, que parece un hombrecito que levanta sus brazos al cielo, que los baja, a voluntad de quien lo manipula. La más vieja con los ojos fijos en el televisor.
- Bueno, mamá, ya me tengo que ir. Muy rico todo.
- Cuando supe que venías me puse a pelar las papas, me dije: “voy a hacerle papas fritas, tanto que le gustan como yo se las hago...”
- Sí, bárbaras...
La mirada de la madre va y vuelve desde el televisor a su hija. De pronto se fija en su vaso de vino, toma la botella de agua gasificada y sirve un poco mezclándolos.
- La verdad, mamá, que no sé para qué te traigo estos vinos tan caros.
- Bueno, sabés que me gustan, pero les pongo soda así no me emborrachan tanto.
- Es lo mismo.
- No, si no le pongo soda se me sube a la cabeza más rápido.
- Sim, está bien ...
La madre sigue viendo la tele y mientras tanto se toma, lentamente, el vino con soda.
- Bueno, ma, quería hablar con vos antes de irme...
- ¿Sí?- Contesta sin quitar los ojos del televisor.
La hija espera a que la mire. Ante el silencio apenas prolongado, la madre la mira y repite su pregunta:
- ¿Sí, qué?
- Bueno ... quería contarte que desde que ...
- ¡Mirá, mirá!- Señala el televisor- ¿Ese no es Marcos? Le está yendo bien con lo de la publicidad.
- Sí, el otro día me lo encontré en los estudios del canal y...
- ¡¿Y?!!!!!!
- Y nada mamá, charlamos un rato, fuimos a tomar un café, y eso, el está muy bien y...
- Y quedaron en verse otra vez, volver...
-¡No, mami, por Dios! Fuimos a tomar un café y charlar, como amigos.
- Ese muchacho me gustaba tanto para vos. Pensaba que se iban a casar. Tan apuesto que es, es un buen partido.
- Bueno pero no se dio, además ¿quién te dijo que yo me quería casar? Bueno, para qué discutir.
Un largo silencio les hace retomar sus actividades. La madre, el televisor. La hija, el jugueteo con los restos de corcho, aluminio y el sacacorchos. Otra vez, se rompe el silencio.
-Bueno, mañana me tengo que levantar temprano, así que...
- Si querés, quedate a dormir.
-No, gracias, no traje ropa limpia... ¿Te ayudo con los platos?
- No, dejá, dejá que yo me encargo.
- ¡Ah! Al final no te dije de qué te quería hablar, quería decirte que desde que...
- Perdón, perdón que te interrumpa otra vez. Antes de que me olvide. Tu hermana me dijo que para el cumpleaños quería saber si las dos lo festejaban juntas y acá en casa...
- La verdad, ni lo pensé, sí, hagamos como siempre.
- No, digo, como la otra vez se terminaron peleando por no sé que pavada y vos dijiste que era la ultima vez...
- No, no nos peleamos, yo estaba triste y...
- Bueno, qué importa, ¿les tengo preparada la casa, entonces?. Es bueno que aunque tengan diferentes actividades y amistades sigan festejando juntas...
La hija se levanta. Toma el saco que está colgado en la silla y se lo pone.
- ¿Tenés llaves de abajo?
- Si, ma, no te preocupes.
La madre sigue mirando el televisor. La hija se acerca, le da un beso y comienza a irse cuando su madre le pregunta:
- Al final no me dijiste lo que me querías decir.
- No importa, era una estupidez, además ya me olvidé.
- Bueno, no te olvides de combinar con tu hermana, y mandale saludos a Marcos si lo volvés a ver.
La hija se va con esa sensación de silencio, de sacacorchos que levanta bracitos al cielo, y los baja, de una miguita de corcho perdida entre las miguitas de pan y las manchas de vino. La madre, escondida en el televisor siente que el vino con soda se le subió a la cabeza. Mejor se va a dormir y no se preocupa más. ¿Es que su hija no tiene la suficiente confianza para hablarle? Se levanta, junta la mesa, y escucha cómo su hija cierra la puerta con llave.